Mujer Virtuosa Estudio

"Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?" Proverbios 31:10


Esta mujer se describe en un poema escrito por el rey Salomón en el libro de Proverbios. Cada estrofa comienza con una letra del alfabeto hebreo, 22 letras en total, las mismas que Dios le dio a Israel con motivo de la Torá. En el acróstico, Salomón atribuye a la mujer una personalidad divina y sublime.


Virtuosa es una traducción del hebreo “chayil”  según el Theological Wordbook, “chayil” en el Antiguo Testamento se usa para denotar: fuerza, poder, en una variedad de formas. Fuerza de Dios (Salmo 59:11) y Fuerza física (Eclesiastés 10:10). Esta palabra se usó por primera vez en el Antiguo Testamento para describir a Rut: “Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.”. La Septuaginta traduce el hebreo "Chayil" de Rut 3:11 como "dunamis", que significa "poder".


Es interesante notar que esta mujer virtuosa, mezcla de ama de casa, esposa y sierva de Dios, se origina en la relación con su pareja. Tiene una fuerza propia, una identidad sorprendente, pero no sería virtuosa sin su relación con Dios y su marido. Booz eligió a Rut como su compañera porque vio en ella una compañera que lo completaba: llena de fuerza para el trabajo, para la vida y para consejos, por estar tan conectado con el Dios de Israel.


Es gratificante saber que el concepto bíblico de mujer virtuosa es opuesto al concepto del mundo. Si estuviera entre nosotros, Rut –la cosechadora de espigas, nuera de Noemí– seguramente no aparecería en la galería de personalidades, mujeres del año ni nada similar. Tampoco estaría entre las más bellas, como solemos ver a diario en los medios: la atención al exterior, a la imagen sensual, superficial y llena de apelaciones al pecado. Sí, Rut debería haber sido hermosa en apariencia, pero lo que la hacía virtuosa era su carácter, su forma de actuar, una riqueza invaluable, “Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”  Proverbios 31:10.


“Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, esa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.”  Proverbios 31:25-39


El rey Salomón era un hombre de muchas mujeres: “Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas”1 Reyes 11:3, Creo que a pesar de las impresionantes estadísticas, no encontró una “mujer bienaventurada” que lo completara, en el mismo versículo de 1 Reyes leemos: “y sus mujeres desviaron su corazón”. En el libro de Eclesiastés hay una confirmación de boca del propio Salomón sobre esta conexión, que nunca se produjo, con una mujer que satisfizo su ser:


“He aquí que esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón; 28 lo que aún busca mi alma, y no lo encuentra: un hombre entre mil he hallado, pero mujer entre todas estas nunca hallé.” Eclesiastés 7:27-28 .Un hombre dotado de sabiduría Divina como Salomón, cumplido en su gobierno, lleno de bienes, pero con un corazón inquieto e incompleto hasta el punto de perderse en las promesas de Dios para su vida. Le faltaba una mujer “bendita”.


Dios creó al hombre y a la mujer, uno para completar al otro, ¡este misterio de la creación es insustituible! Quien lo encuentra y lo vive regresa al Paraíso, al Edén, cuando se pronunciaron las palabras:


“No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” Genesis 2:18


En hebreo “ayudante” significa asistir, ayudar o socorrer; ayudante. Esta palabra proviene de otra raíz que significa rodear, rodear, involucrar; proteger, defender; ayudar. "Ayudar" es el principio básico para que exista la mujer. Es la causa primera porque fue creada, es como si la fuerza de Adán fuera incompleta en sí misma, el compañerismo a través de la relación con Eva le daría el complemento necesario. Bueno, eso no es lo que pasó. Todos conocemos el triste final: Eva escuchó a la serpiente, Adán escuchó a Eva y la consecuencia fue la muerte, la corrupción de la raza humana.


Volviendo al principio fundamental de este texto sobre la “mujer virtuosa”, Eva, al relacionarse con la serpiente, amar sus palabras, quedar encantada por ella, deja de ser “virtuosa” porque una de las características de la “mujer virtuosa” es la relación de sí con Dios es tener la fuerza de Dios en uno mismo. Este es un gran misterio, revelado a nosotros a través de las Sagradas Escrituras. La vida se compone de Dios y cuando en la unión entre el hombre y la mujer reina la obediencia, el amor y la comunión con el Evangelio, se alcanza la perfección y la felicidad.


Que las mujeres seamos esa “bendita” dotada de fuerza humana y Divina, de consejo y providencia, llena de amor. Y a los hombres que encuentren este tesoro, sepan valorarlo.